Cueva la mora de Villarejo de la Sierra
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Antes de iniciar la ruta hacia “La cueva de la Mora” merece la pena deambular por Villarejo de la Sierra, pueblo lleno de misterio, pasear por la plaza de la iglesia, bajo la atenta mirada de las extrañas cabezas que decoran su espadaña y observar las cruces pintadas en las viejas puertas de madera para ahuyentar el mal de ojo.
DISTANCIA: 6 km.
DURACIÓN: 1 h 50 min.
TIPO DE RUTA: Lineal, excepto en una pequeña parte del regreso en la que se hace de forma circular.
COMO LLEGAR:Desde N-525, CL-622 y carreteras locales por Rionegrito, Rosinos, Carbajalinos, Monterrubio y Villarejo. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: N42 07.469 W6 27.255
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN50 0268-3 Asturianos.
PUNTOS DE INTERÉS: Pliegue geológico de la roca a la que llaman “La Cueva la Mora”.
RECOMENDACIONES: Evitar las horas de mayor calor sobre todo si se hace con niños, llevar cámara de fotos.
Iniciaremos la ruta desde la plaza de la iglesia en dirección a la era entre huertecitos y prados. Poco a poco el paisaje va cambiando por el de praderas y monte bajo que nos acompañará por los antiguos caminos de pastores hacia la sierra, usados ahora como pistas forestales. La ruta se desarrolla por sendas bien marcadas, por la ladera de la montaña, entre brezos y agujas de pizarra hasta llegar a la vereda del río. Desde allí ya se ve claramente el destino de nuestro paseo. Cruzamos el pequeño puente y abandonamos el camino en dirección a una formación rocosa a media ladera a la que los habitantes de Villarejo llaman “la cueva de la mora”; tras una pequeña ascensión zigzagueando entre brezos llegamos a nuestro objetivo.
“La cueva de la mora” no es una cueva en sí, sino un hueco originado a consecuencia de un pliegue geológico, y que es visible en la roca de pizarra. Refugio de pastores en su día, hoy nos sirve de mirador, ofreciéndonos unas fantásticas vistas de la sierra.
Ya descansados iniciamos el descenso hasta reencontrar el camino; si continuamos hacia la derecha podremos acercarnos a ver el colmenar en la falda de la montaña, el río invita al descanso y en verano es un sitio ideal para disfrutar de un baño y la merienda antes de iniciar el regreso hacia el pueblo.
El camino de vuelta discurre en gran medida por el mismo trazado. Sólo en el último tramo, una vez abandonada la pista forestal, tomaremos el camino de la izquierda que nos llevará entre praderas hasta la entrada del pueblo y callejeando llegaremos de nuevo a la plaza de la Iglesia.