Camino Palacios Vime Rionegrito Villar de los Pisones
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Paseo por el municipio de Palacios de Sanabria, recorriendo sus pueblos por caminos que tradicionalmente los unían y conociendo su arquitectura popular.
DISTANCIA: 8,5 Km.
DURACIÓN: 2 h 15 min.
TIPO DE RUTA: Circular, con escasa dificultad.
COMO LLEGAR: Desde A 52, salida 75 y N-525 hasta Palacios. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: N42 03.579 W6 31.342
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN 50 0267- 4 Puebla de Sanabria y IGN Nº MTN 50 0268-3 Asturianos.
PUNTOS DE INTERÉS: Arquitectura popular, vistas panorámicas, flora.
RECOMENDACIONES: En los meses de verano, evitar las horas de mayor calor.
“Si aquí tu limosna echares, tus caudales crecerán millares”. Eso es más o menos lo que viene a decir una sentenciosa (o prometedora, según se mire) frase escrita en piedra junto al limosnero que hay en la portada de la ermita de Palacios de Sanabria, nuestro punto de partida en dirección a Vime. La primera parte de la ruta transcurre por el Camino de Santiago que compartían peregrinos y ganado, ya que también se utilizaba como cañada. Avanzamos a la sombra de los robles hasta llegar a un tramo en el que aún se conserva la antigua calzada empedrada que lleva hasta un puente de piedra de un sólo ojo que, paciente aunque medio tuerto, indica el punto en el que nuestro camino se separa.
Tomamos el ramal de la derecha que conduce hasta Vime. Si nos fijamos bien podremos apreciar la gran variedad de setas comestibles que el bosque nos ofrece. Recorremos Vime siguiendo la estrecha carretera que lleva hasta el corazón del pueblo, la plaza de la iglesia, donde un retorcido castaño, con unos cuantos siglos a sus espaldas, hace gala de su majestuosidad, vigilando atento la iglesia y las casas colindantes que cotillas se abalanzan sobre el camino.
Saliendo del pueblo abandonamos el asfalto dejando a nuestra derecha el camposanto y tomando, en cambio, el desvío de tierra de la izquierda que entre una exuberante vegetación nos llevará hasta la entrada de Rionegrito. Poco antes de llegar a la iglesia, a la izquierda sale un camino que conduce a Villar de los Pisones, cuyo nombre se debe a los numerosos batanes que en tiempos golpearan lana y lino para suavizar el tejido. Justo antes de entrar en el pueblo, a la derecha aparece una senda que, tras superar las porterías de fútbol, vuelve a girar a la derecha y que tomaremos para encaminarnos hacia Palacios. A partir de aquí el paisaje comienza a cambiar, se despeja, tornándose en monte bajo, permitiendo la vista de toda la Sierra de la Cabrera, en la que se vislumbran diminutos pueblos encastrados en los valles, que bien merecen una visita. Las pendientes, escasas en todo el trayecto, son muy suaves. Los animales impredecibles, suelen holgazanear en medio del camino. Avanzamos hasta ver los primeros tejados de Palacios pero debemos desviarnos de la senda que parece más directa porque está cerrada por la maleza. Así que vamos hacia la izquierda hasta llegar a la carretera y ahí ya no hay pérdida, nos encaminamos hacia el pueblo desembocando justo al lado del limosnero, que tantos bienes otorga y del que habíamos partido.