Palacios
Ver mapa de Municipios :: Sanabria y Carballeda
El 20 de junio de 1506, bien bajo una encina, bien al amparo de la ermita de Santa Marta, se reunieron en Remesal Fernando el Católico y su yerno, Felipe el Hermoso, dispuestos a solucionar ciertas controversias que tenían en torno a la Regencia de Castilla. Cuentan que el Rey Católico se presentó acompañado de doscientas cabalgaduras de a mula y todo su séquito cubierto de capuchas negras pues estaban de luto.
El Hermoso, sin embargo, traía las espaldas cubiertas por más de tres mil mercenarios alemanes armados hasta los dientes. El resultado de esta reunión fue la Concordia de Villafáfila, por la que Fernando renunció al trono de Castilla.Se ve que Felipe había puesto razones contundentes sobre la mesa.Es de suponer que Remesal, con sus casitas de piedra y sus calles recoletas, acostumbrada tal vez a la visita de peregrinos y arrieros en su camino hacia Galicia, asistiese atónita a tal desfile de nobleza y soldadesca. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este humilde pueblecito encabezó el municipio hasta bien entrado el S.XIX. cuando un religioso, cuentan que con influencias en Madrid hasta el nivel de D. Práxedes Mateo Sagasta, se empeñó y consiguió elevar al vecino Palacios hasta la primacía municipal.
Bien es cierto que Palacios ya había dejado de ser aquel lejano lugar de recreo de los Condes de Benavente para convertirse en el mayor núcleo de población del municipio. Parece ser que sus orígenes se encontraban más al sur, cerca del Tera, donde existen restos castreños. Poco a poco fue desplazándose hasta su actual ubicación: el cruce entre la Carretera de Castilla a Galicia (también Camino de Santiago) y el principal camino hacia Muelas de los Caballeros y la Bañeza. Destaca en el centro del pueblo su iglesia parroquial, dedicada a San Mamés y que costó sus buenos dineros allá por principios del XIX. Aparentemente más humilde en su exterior es la ermita de la Virgen de la Encarnación, patrona del pueblo, pero vale la pena un buen vistazo a sus detalles escondidos, al retablo barroco y a la cúpula de piedra que cubre el altar. Ah, y no abandonéis Palacios sin probar el agua de la Fuente de la Fragua.
Ya antes del S.X albergaba Vime un monasterio familiar. Dado que su posesión había generado algunas polémicas, bofetadas y puñetadas incluidas, el Obispo de Astorga hizo entrega del mismo a la congregación de la abadesa Palmaria, recién llegada de la muy lejana Mocelemes, como forma de mantenerlo alejado de los poderes feudales de la comarca. Tenemos un testigo vivo de aquellos tiempos: el hoy enorme castaño situado junto a la iglesia de la localidad, un árbol que en su magnificencia ha contemplado el paso del tiempo y los afanes terrenales de sus convecinos, protegiéndolos en su seno. Merece la pena también deleitarse con todos y cada uno de los canecillos que adornan el alero románico de la iglesia, alguno de ellos realmente sorprendente, y todos contando su particular historia, en armonioso contraste con el barroco campanario.
Canecillos también adornan la iglesia parroquial de Otero de Sanabria, magnífico templo asentado sobre restos visigodos y que muestra huellas románicas, mudéjares, barrocas y neoclásicas. En sus puertas alberga unas sencillas tallas en madera policromada representando el infierno, San Pedro y Jesucristo que nos acercan más a la espiritualidad de las gentes que lo utilizaron como lugar de culto. Y de gran devoción en toda Sanabria, de la que es patrona, goza la Virgen de los Remedios, que tiene su hogar en el Santuario a las afueras del pueblo. Cada primer domingo de octubre los sanabreses acuden a la campa frente a la iglesia dispuestos a rendirle homenaje y, por qué no, a disfrutar de una de las romerías más concurridas en estas tierras. No faltan, por supuesto, el pulpo y la música de gaita y es tradición en muchos pueblos realizar el camino andando. Tiempo habrá, en otra visita más tranquila, de apreciar las maravillas del retablo o la fineza de sus torres: es tiempo de fiesta.
El municipio de Palacios, y Otero en particular, perpetuarán su historia como un alto necesario en el camino hacia Galicia, ya que en su término está prevista la construcción de una parada del tren de Alta Velocidad (AVE).