Cascada de Sotillo y Ribera del Truchas
El diccionario define Cascada como “Caída desde cierta altura del agua de un río u otra corriente por brusco desnivel del cauce”. Cuando estás delante de algunas de ellas la definición se te queda pequeña.
Por ejemplo, la Cascada de Sotillo. Yo la conocí de casualidad, como suele sucederme, y luego me enteré de que es uno de los lugares más emblemáticos del Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores. En fin. Empiezo a acostumbrarme.
- Vaya usted hasta la parte baja de Sotillo. Allí, donde el merendero –área recreativa, le dicen- salen varias rutas. Coja la de la izquierda, la de la Cascada. No tiene pérdida, hay un cartel y está marcado con palos marrones.
La señora continuó hiñendo la masa de pan con energía, sin apenas levantar la vista. Me despidió con lo que yo interpreté como un gesto de esfuerzo. No tardé en darme cuenta de que había sido una sonrisilla burlona.
El sendero se inicia en una pendiente que pronto puso a prueba mi condición física. No es demasiado empinado, pero las piedras y el agua de esta estación sí lo hacen un punto dificultoso. A su alrededor, apenas contenido, se extiende un bosque prácticamente virgen de robles, acebos, castaños y avellanos silvestres; entre sus ramas, un sinfín de pajarillos llenaban el aire con sus trinos. Emocionado, cargué el teleobjetivo en la cámara dispuesto a tomar todas las fotos posibles. Junto a mi oído derecho un carbonero común cantaba con todas sus fuerzas. Clavé mi ojo en el visor e intenté encontrarle. Imposible. ¡Maldita sea, lo tenía prácticamente encima y no podía verle entre la espesura! Aparté la cara disgustado y descubrí un herrerillo a mi izquierda. ¡Antes de acercar el dedo al disparador ya había desaparecido! Así estuve cerca de una hora, esquivando la maleza, arañándome con el follaje, persiguiendo fantasmas de trepadores, carrucas o reyezuelos sin conseguir una sola foto. Ciertamente irritado, me senté junto a una de las muchas fuentes de la senda y traté de serenarme.
Entonces comprendí la sonrisa de la señora. Me había tomado bien el pelo. Acudí a ella para pedirle información sobre buenos lugares para encontrar pájaros. Ella miró con sorna la cámara de gran objetivo que cargaba y fue cuando me indicó la dirección. Y las aves estaban, por supuesto, la sinfonía de gorjeos no dejaba lugar a dudas. Pero, dada la espesura del ramaje, me iba a ser muy difícil captar su imagen. Así que sonreí yo también y cambié mis planes. Reservé las fotos para la vegetación, puse la grabadora de audio a correr y seguí caminando hacia la Cascada.
Poco después de los tres kilómetros de marcha, la pendiente cambió de sentido e inicié un suave descenso, mis piernas recibieron agradecidas. El sonido del agua me llevó enseguida al mirador frente a la Cascada. La fuerza y el estruendo de la cortina de agua al precipitarse sobre el río en medio del bosque me provocaron tal sensación de paz interior y de formar parte del paisaje que me quedé allí un buen rato ensimismado. Una vez recuperado del encantamiento me dirigí hacia un pequeño sendero que aparece a la izquierda y que te acerca hasta casi la misma base de la caída, el cual es necesario transitar con cuidado ya que la humedad vuelve muy resbaladizas las rocas. Me desquité con la cámara fotográfica.
Para regresar al pueblo salí del mirador por la senda de la derecha. La fuerte inclinación –hay que bajar hasta la altura del río- obliga a descender despacio y con precaución. La administración del Parque Natural ha habilitado unas barandillas de rústica madera que facilitan los pasos más complicados. La distancia no es grande y pronto llegué hasta el cauce, donde las rocas, distribuidas como la tirada de dados de un gigante loco, forman pequeñas cascadillas de singular belleza. El Truchas poco a poco va perdiendo su ímpetu de juventud y el bosque de ribera que lo cobija consiguió sorprenderme de nuevo. Sí, es cierto que la primavera magnifica todo, pero el paseo por la orilla del arroyo, entre robles, servales, campanillas, gamones que cambiaban de flor a fruto… me impactó hasta creer que el tiempo se detenía a mi alrededor.
Tras un puentecillo de madera y tierra me encontré con una enorme piedra errante, testigo del glaciar que un día cubrió estos parajes, que parecía defender el paso. No es así, naturalmente: el sendero continúa a su izquierda abandonando las cercanías del río. Los robles se hacen entonces más corpulentos y los arroyos cruzan desbocados el camino; me felicité de llevar un calzado adecuado. Entré en Sotillo por la parte alta, donde un panel informa de otras rutas de montaña que pueden enlazarse. En pocos días habría de hacer al menos una de ellas.
Esa noche llegué satisfecho a mi habitación y me acosté pronto. No había conseguido fotografiar ningún pájaro, en cambio, conocí la Cascada, que es uno de los puntos más visitados del Parque y yo no lo sabía. Tras una jornada memorable me encontraba bastante cansado –uno ya no es tan joven; pero la belleza del salto de agua y de los bosques que lo circundan bien merecen el esfuerzo.
Y, sobre todo, no había sufrido ninguna de las ensoñaciones que tanto perturban mi ánimo y a las que soy tan propenso en estas tierras.
Profesor Von Patto
DISTANCIA: 7,9 Km.
DURACIÓN: 2,5 horas.
TIPO DE RUTA: Circular. Sendero dificultad media – alta, con pronunciadas pendientes de subida y bajada. Dificultades por la humedad según temporada. Piedras sueltas.
COMO LLEGAR: Desde N-525, carretera local hasta Sotillo pasando por Castro de Sanabria, Barrio de Lomba y San Román. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: 42° 5.267'N 6° 43.384'O
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN 50 0267-3 Cobreros
PUNTOS DE INTERÉS: Cascadas. Bosque en el río. Flora y Fauna.
RECOMENDACIONES: Botas adecuadas. Prismáticos. Guía de Flora
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Se trata de una de las rutas de senderismo más conocidas y celebradas de Sanabria. Avanzamos entre bosques frondosos y el sonido cantarín del río Truchas teniendo como recompensa una espectacular cascada al final de la ascensión. La vuelta se realiza por la ribera del río durante un tramo, continuando después por un bosque digno de los cuentos de los Hermanos Grimm que nos devolverá al pueblo de Sotillo.