El Puente - Puebla de Sanabria
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Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Preciosos versos, ¿verdad? Pues vamos a ponerlos en práctica. La ruta que os proponemos une el Puente con Puebla de Sanabria, un camino usado tradicionalmente para ir al mercado y que separaremos en dos trayectos de distinta dificultad que se unen en Puebla.
DISTANCIA: 12,4 km.
DURACIÓN: 3 h.
TIPO DE RUTA: Circular. Camino abierto de fácil acceso, excepto en un pequeño tramo que se convierte en intrincada senda de pescadores. Este tramo se puede evitar con un itinerario alternativo que lo hace accesible a todo el mundo y recomendable para recorrer en bicicleta.
COMO LLEGAR: Autovía A52 salida 79 – ZA-104 hasta El Puente. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: N42 04.972 W6 38.457
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN50 Hoja 267.
PUNTOS DE INTERÉS: Molinos – Antigua Central Hidroeléctrica y Presa – Paisajes para Fotografiar.
RECOMENDACIONES: Calzado cómodo – Cámara de fotos – Prismáticos – Tentempié. Aunque realizable en cualquier época del año, en primavera y los primeros días de otoño el colorido del robledal se magnifica.
El primer trayecto: es un camino ancho, muy fácil de transitar, ideal para dar un paseo descansado o en familia. A poco de empezar, en un claro, os encontraréis el área recreativa de Las Galanas, con unas preciosas piscinas naturales donde refrescaros antes de continuar ruta. El camino os conducirá hasta la presa de Castellanos, donde con un poco de suerte podréis ver a las truchas remontar aguas arriba para ir a desovar. En todo momento irás cobijado por robles, que según la época del año te van a obsequiar con muy distintos colores y algo muy peculiar, las “agallas” y “abullacos”, protuberancias propias de las hojas y tallos que son morada de huevas y larvas de pequeños insectos. Aquí seguimos el camino hasta Puebla, donde emprenderemos el regreso por la otra márgen del río.
La segunda opción consiste en dejar el camino a la altura de la presa de Castellanos para continuar por una senda de pescadores, algo más intrincada pero espectacular: el paisaje cambia, abandonando el marrón del roble, dejando paso al verde propio de la ribera, donde predominan árboles como el humero o la salguera, aún hoy usada para la fabricación de cestas. Si os fijáis podréis ver paredes de piedra lisas donde las raíces de los árboles se descuelgan intentando en una maraña llegar al agua, todo un espectáculo, producto del incesante trabajo de erosión y fuerza del agua. Siguiendo el curso del río llegaremos hasta una primitiva central de energía eléctrica, que canaliza el agua a través de caños de losa, muy comunes en esta zona, para después devolverla al río y más adelante, desde la pradera que llaman la huerta del los curas, podréis divisar ya Puebla, con unas fantásticas vistas de su Castillo.
En esta villa confluyen las dos variantes del camino y comenzamos la vuelta atravesando el puente de San Francisco y girando a mano derecha para cruzar más adelante el puente viejo. A partir de aquí nos adentraremos otra vez en la frondosidad del bosque de roble. Poco a poco vamos acercándonos al río, que nos acompañará en nuestro tramo final y cuyos caprichosos reflejos, os aseguro, os harán sentir parte de un cuento del que sólo despertaréis cuando lleguéis de nuevo al Puente.