Flora
Dicen del Tejo que apenas crece un centímetro al año. Teniendo en cuenta este dato, cuando os encontréis en el bosque del Tejedelo, a la sombra de alguno de sus magníficos ejemplares milenarios, tendréis un motivo más para sentiros sobrecogidos.
También habitan en esta tierra plantas carnívoras: no os preocupéis, no os van a tirar un bocado cuando hagáis una ruta por la montaña; los vecinos la conocen como atrapamoscas, así que ya te puedes imaginar su menú habitual. Entre ambas especies, tenemos más de mil quinientas variedades vegetales catalogadas. No es moco de pavo (de éstas, sólo en algunos jardines).
El roble es una de las señas de identidad de nuestra comarca, de hecho, la variedad de roble carballo da nombre a La Carballeda, extendiendo su poderío de punta a cabo del territorio. Pero también cede espacios a otras especies como la encina (zona oriental), al acebo (cabecera del río Bibey), al abedul (bosque el Bedual de Porto), a la vegetación de ribera (junto a los cauces de sus ríos) y a otras especies introducidas con mayor o menor fortuna: recientes son los pinos de repoblación y de tiempos inmemoriales, los castaños, que han encontrado aquí un hábitat ideal desarrollando impresionantes ejemplares centenarios que constituyen por sí solos verdaderos monumentos naturales. Ejemplos de ello son: el de San Román, el de Sotillo, el de Rosinos, el de Folgoso, el de Hermisende (con forma de cabeza de ciervo en su tronco). También aparecen agrupaciones imponentes que evocan bosques de leyenda, como el castañar del Santuario de la Virgen de la Alcobilla o el de Hermisende.
Aunque puedan parecer humildes, las especies de monte bajo y matorral sorprenden por su multitud de propiedades y aplicaciones: la primera, perfumar el monte procurándonos agradables paseos, también muchas poseen usos medicinales, que no guardan secretos para los vecinos de la zona, algunas sirven para aromatizar aguardientes, para especiar guisos y embutidos o para dejar un agradable olor en los armarios de la ropa blanca. Muchas son objeto de estudio científico. ¿Algunos nombres? Codesos, escobas (¿adivináis su uso tradicional?), dedales (digital), gatuñas (abrojos)…
De setas y hongos dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero también debéis fijaros en los líquenes (barbas de viejo) que visten de plateado las ramas y cortezas de nuestros árboles y que funcionan como medidores de la pureza ambiental (aquí podemos presumir de estar a muy buen nivel).
Para finalizar, una sugerencia botánica: no os podéis perder el “Jardín del Fenal”, en Muelas de los Caballeros, una joya en forma de parque en miniatura que contiene algunas especies exóticas muy interesantes: no os defraudará.