Villardeciervos
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Si os acercáis a la Sierra de la Culebra descubriréis Villardeciervos, bueno, tanto como descubrir no, porque ya pasaron por aquí celtas y romanos antes, los primeros dejando su huella en varios castros como el que corona “la Peña del Castro”, a los pies de la cual se desarrolló la villa que hoy conocemos.
Si tenéis ocasión de subir, desde ese punto disfrutaréis de unas maravillosas vistas del pueblo, el embalse de Valparaíso, la Sierra y de una panorámica general del norte de la comarca de la Carballeda y parte de Sanabria. Si vuestro espíritu aventurero no llega a tanto, también podréis contemplar el paisaje desde un poco más abajo, sólo tenéis que tomar el camino del caño grande y justo sobre esta fuente de construcción tradicional y agua fresca se encuentra una loma con un área recreativa perfecta para llevar la merienda y deleitarse con las vistas.
Villardeciervos es, sin duda, una de las poblaciones más hermosas de La Carballeda, no en vano ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico. Paseando por sus callejuelas tendréis la impresión de que el tiempo se estancó aquí hace mucho y que todavía esconden sus miradas tras las “mirillas” de piedra de los muros de las casas los contrabandistas que en el s.XIX se enfrentaban a los carabineros para proteger las mercancías que “importaban” de la vecina Portugal. Son muchas las historias que se cuentan a este respecto, por ejemplo, que se solían colocar las herraduras de las caballerías al revés para simular que se circulaba en dirección opuesta, despistando así a la autoridad o que había casas con entradas y pasadizos secretos para esconder los productos del contrabando. Algunas peculiaridades constructivas de Villardeciervos también se atribuyen a esta actividad, como los grandes portones por los que entraban los carros con mercancías. La opulencia generada por el contrabando, junto con el comercio y la manufactura de telas dejó como legado un precioso casco antiguo con elegantes casas de piedra, algunas de nombre evocador, como la llamada “casa de los siete balcones” o de sombrío recuerdo, como la “casa de la Inquisición”. Hay casitas humildes y grandes caserones pero todos conservan el encanto de la piedra, de la madera y del saber hacer de los canteros gallegos que supieron dar forma al espíritu de esta villa.
El nombre de Villardeciervos dice mucho de este pueblo y de lo identificados que se sienten los “cervatos” (así se llama a sus vecinos) con el medio en que habitan. Un paseo por sus alrededores es una apuesta casi segura para contemplar ciervos y corzos pastando en libertad y, con un poco más de suerte, podréis divisar la silueta esbelta e imponente del lobo ibérico, que domina la Sierra de la Culebra, en la que ha encontrado uno de sus últimos refugios y donde se concentra la mayor población de toda la Península.
Poco a poco, esta población se va destacando como un núcleo cada vez más conocido de turismo rural. No es de extrañar, además de su riqueza natural y arquitectónica la acompañan la ribera del embalse de Valparaíso, donde encontraréis una playa fluvial a la sombra de un bosque de robles en la que os podéis regalar un atardecer inolvidable y, para haceros la visita más suculenta, no os perdáis los dulces artesanales de la confitería del pueblo, sin una pizca de aditivos, ni los licores y orujos de la destilería. También en los restaurantes del pueblo os deleitarán con las especialidades de la zona.
Una última nota: en esta villa se celebran fiestas en honor a San Antonio tres veces al año: en enero, Corpus Christi y junio, así que: chicas, si buscáis novio estáis en lugar ideal, si no para encontrarlo sí para pedírselo al santo.
Anejo de Villardeciervos es Cional, población de estampa pintoresca que se levanta sobre dos colinas y cuyas antiguas casas de piedra recuerdan a las del pueblo vecino. Situada en la ruta que arrieros y segadores transitaban entre Galicia y la Meseta, en tiempos fue industriosa y comercial. Hoy nos ofrece rincones y paisajes entrañables, además de una estupenda playa fluvial con un merendero a orillas del embalse de Valparaíso.