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Situada a los pies de la Sierra de La Cabrera, Muelas de los Caballeros es uno de los pueblos más hermosos y mejor conservados de la comarca. Con un pasado esplendoroso, apreciable aún en sus cuidadas construcciones, pasear por este pueblo da pie a imaginar su interesante historia, y es que por aquí pasaron cuatro descendientes de Ordoño I,

rey de Asturias, decididos a conquistar Coimbra y cómo no, se enamoraron de este lugar, donde a su vuelta, fundaron el pueblo de Muelas de los Caballeros, allá por el 1070.

Pese a que han pasado muchos años, se conserva casi intacto, haciendo gala del señorío que tuvo en tiempos y mostrando orgulloso sus balcones, tallados con exquisitas figuras geométricas, que adornan grandes casas de sillería cubiertas de pizarra, cuyos moradores bien pudieron acercarse hasta tierras leonesas a través de los distintos caminos que recorren las sierras de Velilla y de la Cabrera, quizás a vender las piezas de lino que tan pacientemente tejían.

Aunque sean otros los caminos que hoy recorren esta sierra, merece la pena perderse por ellos, descubrir robles tan antiguos como el propio pueblo, que asoman entre los cientos de pinos que la gobiernan, saludar a alguna perdiz o ciervo despistado y regocijaros con la maravillosa vista que ofrece la montaña por cualquiera de sus cumbres y laderas.

Una vez en Muelas, no te puedes perder El Fenal, un capricho de la naturaleza y de un rico comerciante que de todos sus viajes se traía alguna planta o árbol exótico, y aquí las tenéis, casi un siglo después. Más de 500 especies dan cada año la bienvenida a la primavera, vistiéndose de multitud de colores que destacan entre el morado y blanco del brezo que las rodea, sin olvidar el aroma que desprenden, caramelo y miel en un sitio, jazmín y mimosa en otro…

Desde aquí, si miráis a lo lejos, seguro que asoman las torres del Santuario de Donado, construido a finales del siglo XVIII, para albergar a una pequeña virgen de marfil, venida de oriente, La Peregrina, en cuyo nombre se celebra una de las romerías más importantes de la Carballeda. Próxima a ésta, en el centro del pueblo, se encuentra la iglesia de San Pedro. Bastante más humilde, aunque no os dejéis engañar, su interior acoge bellos frescos y su campanario ofrece una de las mejores vistas de la Sierra de Velilla. Y finalmente, Gramedo, el último del trío que compone este municipio, con gran tradición de carpinteros y ebanistas. Destacan parajes como, la “Pradera Encande la Forca”. Salpicada por varios manantiales, es uno de los mejores lugares para pasar una tarde de relax y reponer fuerzas de cara a un nuevo día.