Camino de los Castaños y Prados de Hermisende
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Camino tradicional de acceso a tierras de labor, prados y sotos de castaños, centenarios como iglesias románicas y auténticos monumentos de la naturaleza. Esta ruta, a pesar de estar situada en una zona montañosa, es sencilla de realizar y nos proporciona paisajes de monte y de valle, de bosque y pradera sencillamente impresionantes, como impresionantes son los castaños que le dan nombre.
DISTANCIA: 8 km.
DURACIÓN: 2h.30 min.
TIPO DE RUTA: Circular, abierta y señalizada con escasos tramos de mínima dificultad.
COMO LLEGAR: Desde Autovía A52 salida 106 hasta Hermisende. Ver Mapa
COORDENADAS INICIO: N41 58.117 W6 53.564
CARTOGRAFIA: IGN Nº MTN50 Hoja 304-2 Hermisende.
PUNTOS DE INTERÉS: Castaños centenarios. Valle del río Pequeño. Praderías.
RECOMENDACIONES: Calzado adecuado, cámara de fotos.
Iniciamos nuestra ruta partiendo del Ayuntamiento por la carretera que lleva a La Tejera. Como quinientos metros después de pasar el Centro de Clasificación de Castañas, abandonamos el asfalto por el camino de tierra a la derecha, donde empieza la señalización. Enseguida nos encontramos con los primeros castaños que, pese a su tamaño considerable, son sólo un anuncio de lo que está por llegar. Tras un suave descenso llegamos a las orillas del río Pequeño. Casi escondida, al lado del puentecillo, se encuentra una bonita poza en la que podéis ver como el agua se destila entre el musgo de las piedras. Unos metros más allá, se inicia otra ruta de senderismo: el camino de la Raya que se adentra en Portugal. Nosotros hemos de seguir la senda de la derecha hasta que volvamos a encontrarnos con el río.
Tras pasar el segundo puente, elegimos de nuevo la derecha para coronar la loma. En su punto más alto podéis deleitaros con el paisaje de praderías de la cuenca del Tuela. Bajamos hacia ellas por un camino de roca viva donde la erosión y el paso repetido de los carros han dejado marcadas las llamadas rodeiras , cicatrices de un tiempo pasado. Y así, según nos acercamos al pueblo, surgen de nuevo los castaños, ahora ya en pleno esplendor. Como todo ser vivo cada uno es diferente: uno semeja el perfil de un ciervo, otro alberga una cueva, otros han sido atacados por el fuego pero sobrevivieron con hijos sanos y fuertes… Cuando visitamos obras de los hombres con esta antigüedad es fácil maravillarse; ante estos árboles el respeto es idéntico.
Entramos en Hermisende cerca del Puente y la zona recreativa del río Tuela. La hermosa torre de su iglesia nos guiará hasta el final del camino.